miércoles, 17 de febrero de 2010

QUADROPHENIA XV - My Little Runnaway


Tenía pensado continuar la historia de la entrada anterior, pero la continuaré en la próxima entrega. Mis razones son más que personales, un pensamiento, un sentimiento urgente prendió hace dos semanas tras una temporada demasiado invernal.
Nuevos horizontes de cambios y de canciones se abría.
Empecé a escribir la noche que fue el punto de inflexión, llegué a tener el texto completamente desarrollado, parecido, muy al estilo de Nick Hornby en “31 Canciones”, pero hoy lo he vuelto a cambiar completamente, a veces soy demasiado perfeccionista, pero esta noche me considero humanista aunque sea por un momento.



Se acabaron ciertos viajes y acompañantes, a día de hoy canciones que sonaron en su momento se detendrán hasta que vuelvan a sonarme nuevas y me sorprendan por enésima vez. The Mamas & The Papas, Ryan Bingham, Willy DeVille, Del Shannon, Quique… irán por un tiempo a mi estantería de discos, donde aguardarán su reaparición pues algunas de esas canciones y otras que no nombro, contienen una carga emocional que significaron una etapa que ahora prefiero guardar junto a esos discos hasta que pase el invierno.

Una vez leí una frase que decía:
El que fracasa es aquel que toma el camino que no le emociona.

Y ciertamente me la tomo al pie de la letra, tanto, que ahora que el viento cambia de dirección, yo voy a ir por otras corrientes, buscando lo que me emocione de nuevo y que me emocionará seguramente. Redescubro Gran Vía, Plaza de España, Princesa y el número de céntricas calles madrileñas que antes me resultaban tediosas. Las cervezas mezcladas con blues en La Coquette y la degustación de una cena eran suficientes para construirme un nuevo teatrillo del que seguro voy a disfrutar.

Por lo pronto, mi cabeza engrasada de ideas vuelve a fluir más enérgica dejando atrás un sombrero demasiado húmedo y oscuro, que ahora se ha ido volando cruzando Despeñaperros. Nuevos trabajos, colaboraciones en Efe Eme, proyectos pensados y por pensar… todo lo que conlleva un nuevo traje.
Lo importante es que sigo el camino que quiero tomar, no el que se espera de mí, buscar nuevos caminos y salir de la cueva para visitar otras y aprender de lo que se cuece desde Madrid a Londres.

¿Pero, saben? Hay canciones que, como dije más arriba, se quedarán en el olvido un tiempo. Aquellas que un primer momento de una etapa surgieron porque estaban ahí sin más, yo viví un bonito recuerdo y ellas estaban ahí. Esa chorrada de “la banda sonora de tu vida”, algo así, pero sin ser tan edulcorado. Viajando de madrugada cuando aun hacía frío y anochecía temprano o a primeras horas del día con el sol pegando en el cristal y Dylan, en una amalgama genial, hacía de un largo trayecto, el más ameno de los recorridos. Canciones de viaje, como ya escribí hará un tiempo homenajeando a Willy DeVille, Loup Garou fue el último de los discos-etapa y duele oírlo.


Otro que he mandado al banquillo ha sido Avería y Redención #7 de Quique González, aunque Pájaros Mojados pelea por ser el primer disco-etapa de hace ya… un año y medio prácticamente. Aún recuerdo Backliners y justo ahora me estremezco cuando la rememoro; las líneas discontinuas de la A4 y aquella guitarra en la canción…

“Estaréis comprando un sándwich En la gasolinera Revisando los mensajes En el móvil. Estaréis pensando en alguien Devorando carretera.”

Pero en fin, como he dicho, toca redescubrir y explorar nuevos territorios. Volví a pasearme por Discos Babel y La Metralleta, me ensucié las manos, hacía tiempo que no lo hacía y añadí un par de vinilos a mi ya surtida colección. Ahora los nuevos sonidos inundan mi casa por la mañana mientras trabajo en algún que otro artículo, salvo que salga a entrevistar, pero para eso tengo el mp4.

Chris Isaak ha cobrado especial protagonismo en esta nueva etapa con Blue Hotel, San Francisco Days, I Want You to Want Me o la archiconocida Wiked Games. Siempre me llamó la atención y estuve a puntito de ir a verlo el año pasado, este año que vuelve, procuraré pasarme a verlo aunque el concierto sea en el dichoso Palacio de Congresos, que ¡joder!, ¿no hay en Madrid un sitio más decente que no sea el Palacio de Congresos o El Palacio de los Deportes?, si es así, Joan Baez que también se pasará por la capital, tocará en el mismo sitio y es posible que también asista.

Otro artista del que me estoy empapando es Buddy Miles, tristemente fallecido y ex – batería de Jimi Hendrix. En su disco Them Changes se marca una emotiva e impresionante versión de Down by the River del gran Neil Young que dura aproximadamente ocho minutos y que en directo se alargaba algo más. Impresionante, repito.

Johnny Cash, siempre presente aparece con la sexta entrega de la serie American Recordings, grabaciones realizadas por Rick Rubín en las que el bueno de Cash interpretó las últimas canciones propias y ajenas antes de dejarnos en el 2003. Ahora, como digo, American VI “Ain´t No Grave” es la última entrega de esta saga y ha venido de perlas para redimirme de la etapa pasada.

¿Alguno más? Desde luego. Enrique Bunbury y Las Consecuencias. He disfrutado mucho escuchándolo tranquilamente, escuchando la instrumentación y las letras, con las que me identifico totalmente, por la etapa pasada, y es que como me dijo un buen amigo al que le debo una visita: “Parece que Enrique nos ha estado espiando para componer este disco.

Lo único que… ¿qué clase de fans tiene? Y yo reconozco mis andanzas en las primeras filas y colas de los conciertos, entre otras cosas, pero uno a una edad empieza a madurar y se da cuenta que los gritos, empujones y lloros son propios de los sectarios más fundamentalistas e incluso de seguidores de Bisbal o Carlos Baute (un beso a sus seguidoras, que voy haciendo amigos!). Foros que son hervideros de opiniones que si las contradices te montan un sistema inquisitorio en lo que canta un gallo.

¡Y eso que se jactan de tener cordura, cierta y a veces dudosa cultura musical y sobre todo respeto y tolerancia!

Fanatismo elevado a la máxima potencia tanto entre sus seguidores españoles como latinoamericanos y tengo la certeza de que no son todos, pues tengo amigos tanto aquí como al otro lado del charco que no pierden la cabeza ni se rasgan las vestiduras cuando se expone alguna opinión sobre su ídolo.

¿Pero otros? Muchachos y muchachas, hacéroslo mirar, de verdad. A todos nos gusta acercarnos a la gente que admiramos pero llega un momento que se sobrepasa la línea y la admiración se convierte en locura y de la mala. “Mamoneos” aquí y allá, favores con segundas intenciones y piques estúpidos para buscar la mano y amistad del ídolo como única meta o una portada firmada. Creo que este vídeo de la firma de discos el pasado 16 de Febrero en un MixUp de la Plaza de Loreto en México DF que ofreció Enrique es el claro y más reciente ejemplo.



En fin damas, caballeros y talibanes.
Voy preparando las zarzas, ramas secas y troncos que arderán bajo mis pies hasta consumirme, dejándome convertido en cenizas que se desperdigarán en el camino… buscando otros horizontes habidos y por haber.



Charly.-